La luna sobre el Cairo

 

 

De las ninfas arenas

voladas por el desierto

y entre tus rizados cabellos

hispanos brillando

yo no sé, tan negros,

desafiantes ante el cielo,

 

tan pequeñas se me hicieron

las pirámides, aguijones leonados,

dorados del indescifrable desierto,

las esmeraldas aguas cristalinas

de las riberas arenosas del Nilo eterno

y sus gigantes estatuas de piedra

alzadas aún en los milenarios templos…

Reflejados todos ellos

como lunares en tu cuerpo parecían

¡ay de mi amor! ¡todos tan pequeños!

que el último faraón de la tierra,

el ardiente sol, gimió por no tenerlos…

 

Esto pensaba yo

cuando tú mirabas distraída

las verdes palmeras de las orillas

de aquel río africano de aguas tibias

mientras se incrustaba enorme

como una perla blanca la luna egipcia

robada al Cairo sobre tus mejillas…

 

Giraste entonces hacia mí

tus pupilas y se abatió de golpe

el inmenso cielo sobre mi sonrisa

y aquellas estrellas, astros de miel,

como una constelación libre

de diminutas aves amarillas,

desde lo alto del universo brillaron,

por mi amor como jamás lo harían,

 

y así, junto al último rayo del sol

que blandió el desierto aquel día,

supe, al volver a mirarte, quieta,

como una eterna fotografía,

que mi corazón junto al tuyo

allí para siempre se quedaría.

 

volando sobre la luna del Cairo.

 

 

 

Ort – 2019

El desgraciado

 

La soberbia es lo único

que le queda al desgraciado,

ya que después de serle todo arrebatado

hasta la humildad, a bocados

de la vida, y a zarpazos

de los cielos, encuentra en ella

un tranquilo río

para hacer flotar el cadáver

sediento de su esperanza

ahogada como una Ofelia en el pasado.

 

 

 

Ort 2019

Un velero navegando bajo tu ombligo

 

Después de cruzar

el inmenso espacio

y alcanzar un puerto

perdido en el tiempo

desde las estrellas,

bostezas, abres

como flores y cierras

tus pequeñas manos

y sueñas

¿con qué sueñas?

dentro del cielo

rosado de tu madre

con qué sueñas…

 

Duerme tranquilo

y late,

que ya te quiero.

 

Sueña

precioso,

que el anciano universo

es tan joven y pequeño

como tú

y tus ojos son

racimos brillantes

de luceros arrojados

en la profunda noche

cual semillas de futuro

hacia el sol

 

Descansa

sobre tu almohada

de jardines oceánicos

donde la diosa

de mi corazón

reina de las olas

cual velero

bajo su ombligo

te sostiene,

y sigue navegando

por su vientre

mientras ella

sin despertarte

impulsa tu viaje

y las caracolas

atrapan su voz

para enviarte

entre susurros

la nana más linda

del amor

hacia tus oídos

como un rumor

 

Brillaste pequeño

iluminaste mis ojos

cuando desde el fondo

del misterioso cosmos

comenzó a latir

tu corazón

a la velocidad de la luz

como una explosión.

 

 

Ort 2019

 

 

It’s a beautiful night for love
A wonderful sight for lovers of love to behold

MACCA

 

Ausentes en los cielos

 

 

Midiendo la tristeza en océanos

y la naturaleza de las cosas en tiempo

sinónimo de alfares abandonados y de viento,

hasta colmarse la última gota del verso

que lo sostiene, viajando, siempre hacia adentro,

en un eterno y largo descubrimiento,

se llega a contemplar, más allá de los cielos,

el soplo de los besos queridos,

que sobre las olas saladas y bajo las aladas nubes

todos los que nunca llegamos a conocer nos dieron.

 

 

                             a Vicente, Asunción y Lorenzo

 

Ort

Pintura a la luz anaranjada

 

 

Aleteando en las ramas aéreas crepusculares

fascinadas y descalzas de los sueños

los viejos baúles las cartas azules y los cielos

laten entre las cerraduras negras que pupilas

heridas como agujeros espaciales y eternos

abren hacia los astros fulgurantes y alcanzables

ensanchados por las flores purpúreas y los mapas

de los tesoros escondidos donde viven tus besos.

 

Así que, en esta noche atareada de terrenos

fantásticos y maravillosos que otros puñados

de mundos mezclaron sobre tus cabellos

ábreme tu cama, hazme a tu lado un hueco

entre la madrugada sonámbula y la almohada

que destilando aquella locura anaranjada

de luna que boga navegando por la ventana

se viene a esparcir soplando por tu piel

sobre tus hombros y por las sábanas blancas

que te ven dormir, mientras bajo la persiana

para continuar con mis dedos lo que la luz

descifró entre caricias que no notabas.

 

ORT 2018