Como un brillante grano de arena
cayendo
de un oceánico reloj de estrellas,
como una pequeña gota de llanto
labrado
agarrada de la comisura de los ojos
guardando los varios miles
de millones de latidos del corazón
y que leve, como una pluma
del color azul de la tristeza
se abre camino, paseando en las mejillas.
Como el viento, jugando entre columpios
vacíos, mientras soñabas, mi niño,
surcaba aquel verano
tus marrones ojos de tierra mojada
más allá de mi terror
y blandían la inocencia
cargada de esperanza.
Mientras las constelaciones frías giraban
Indiferentes y la aurora del destino incierto
era de una felicidad tan frágil,
como el reflejo de una golondrina alta
con sus alas en sonrisa, navegando, quietas,
las aguas
El peso enorme de la vida
se derramaba en mis espaldas
y tú jugabas, mi pequeño,
a buscar hojitas entre las flores
para regalármelas,
junto a aquellas hierbas de las aceras
que competían en tus manos
con las rosaledas más enamoradas…
Aquel bello y terrible verano,
pequeño, en tus pequeñas zapatillas
verdes se marchaba.
El último verano que quiso
darse el nombre de esperanza.
a mi tesoro de Ojos de otoño.
Ort 2023