Finísima
casi indistinguible
la hebra
suelta del sueño
de dos bocas
que se rizan
en un beso
y se esconden
tras los ecos
que maduran
en los rosales
Las lenguas atraviesan
unidas en una danza
los celestes cristales
de las pulidas estrellas
que labraron antiguos
arquitectos inmortales
y caen en manantiales
sobre las dos almas
apretadas y solemnes
cuando el hilo del sueño
va enlazando y labrando
rayos de luz distantes
Los besos enamorados
se han convertido ahora
en apasionados amantes
Y es enorme
retorcida, gigante,
la rosaleda
abrazada al sueño
de los labios
que se funden
en un beso
y se desnudan
bajo un bosque
donde florecen
los deseos
Millones
de rosas
ardientes
en sus bocas
prendiendo
a gélidos luceros
como antorchas.
dibujando senderos
inundados de luz
bajo las sombras.
Muy bello, Ortega
Muchas gracias Julio!!!
un abrazo!
me ha encantado, MANUEL gracias por aceptarme en este tu grupo
muchisimas gracias Cari!!! un abrazo enorme y muchas gracias por leer! :))))