Soledad,
silabas, palabras y cantares
melancólicos andares
todo son besos
todos errantes
corazones agitados
marchitados todos
heridos en las nubes
y en los mares
Soledad
como luna callada, dime,
tan fijamente atrapada
luna salpicada, dime,
descubre y mátame
dibújame como una paloma
abre la flor,
abre los pétalos ocultos
en el corazón de la almohada.
Soledad, siempre compañera
eres lo único que tengo,
soledad tan triste consejera
lo único que me queda…
tras mis ojos la luna llena.
¡Que fluya el mar sobre la poesía
de tus labios junto a la vereda!
Que emane mi sangre
de las palabras y las nubes
que fluyan las letras
de mi arrugada carne,
que la pluma sea ave
que el viento arrastre
mis huellas, mi lastre
que el telón arranque
y me dibujen desnudo
gritando ante la gente
piedad, por tanta herida
en mi corazón…
¡Piedad y soledad…!
Que toda mi sangre clame
aunque solo sea espiga y trigo.
junto a la mano áspera
del campo entre la senda,
oscura rosa entre mareas
de álamos cipreses y olivos
Que las olas desgarren
la cuna y la margarita
la amapola y la mañana
que raspen la madera
y escriban en la arena
mi nombre y el susurro
del mar que rompe
sobre la costa del olvido
tan eterna…
Haciendo plata lo que baña
espejo de los iris
iluminados de un azul
tan precioso y celeste
como el cielo,
de tantas diminutas y brillantes
soledades lleno…
como un fantasma,
sombra de una sombra
solitaria, ando y vengo
en mi silencio y mi destierro
y con los ojos cerrados
hacia un acantilado llego
donde al fondo la mar rompe
y gime entre tormentas
que sacuden mi llanto lento
solo quebrado por el eco
lento, lento del tiempo
convertido en fiero viento
que hace girar el espumoso mar
y derrumbar el pensamiento.
En la cresta de la ola va
rajando las aguas
la navaja de mi sufrimiento,
la soledad sobre la playa
las voces, la bruma, el pasado
y el silencio,
y el silencio.
Soledad,
silabas, palabras y cantares
melancólicos andares
todo son besos
todos errantes
corazones agitados
marchitados todos
heridos en las nubes
y en los mares.