«Eres linda y hechicera,
como el candor de una rosa…»
Viajó la noche como un trueno
fugaz, sobre la tiniebla aterciopelada
de un lecho de estrellas diminutas.
Con mi corazón corría y reia, morena
esmeralda, la noche de amores, de luz, días
y de flores. Mi alma la vio pasar, y cantándole
la saludaba desde la orilla de la bahía,
de una punta a otra del cielo,
mientras el negro la aurora corregía.
¡ Y estremecida y alegre mi alma sonreía!
contemplándola marchar cuando la cohorte
de los rayos del sol, como una fina lluvia
en las pupilas abiertas de mis ojos caía,
mientras cerraba yo mis párpados
y con la radio de los pajarillos, me dormía.
joder manuel, cada vez escribes mejor y eso que cada vez es dificir superar el poema anterior! y con la cabecera de la malagueña que sabes que me encanta!