A excepción de la regla
más hermosa
que es la libertad
del poder haber vivido,
del sentir y del soñar,…
A excepción de los afanes
por seguir luchando
y no haber conseguido aún
la gloria del despertar,
como único alarido
han querido saber y no dictar
mis ojos.
Solo dejarse llevar,
para descubrir e interpretar
la duda,
la maravillosa duda
de los dados del azar…